EDITORIAL
El reto de la preservación del medio ambiente por la industria Minero energética.
Las decisiones adoptadas por consulta popular recientemente en diferentes municipios de Colombia han puesto en el ojo del huracán el impacto de la industria petrolera y minera sobre los recursos naturales. Dichas decisiones cobran mayor importancia por cuanto la nueva redistribución de regalías de la explotación minero-energética ha sido centralizada y los recursos ya no llegan como antes a los territorios productores, recursos que a propósito, fueron dilapidados en un alto porcentaje por las administraciones locales.
Sin embargo, tal parece que empieza a surgir una nueva conciencia colectiva en la población que ha puesto sobre la balanza la participación ciudadana para decidir sobre el recurso agua y sobre el uso de los recursos minero energéticos. Municipios como Piedras en el Tolima, Tauramena en el Casanare y Guamal en el Meta, son claros ejemplos que el constituyente primario prefiere conservar sus recursos naturales en vez de aventurarse a vivir del petróleo y la minería, tradicionalmente se ha visto apenas pasar la riqueza mientras se traen problemas a las poblaciones productoras. Solo basta ver la miseria en la que se encuentran todavía, a pesar del tiempo, comunidades que llevan “disfrutando de esa riqueza” en los municipios carboníferos y los que poseen ferroníquel. Pero no solo estas industrias son causantes de graves impactos ambientales, sino también las empresas que desarrollan importantes obras de infraestructura en el país.
Por lo anterior, se requiere una política más fuerte por parte del estado en la protección del ambiente y además sancionatoria para quienes incumplan la ley. Tendrán entonces las em- presas nacionales y extranjeras que redefinir su función social y ambiental so pena que se siga aumentando el descontento popular, siendo cada día más difícil explotar estos recursos. Sin duda, dicha problemática no es ajena a la responsabilidad que tiene ORINOQUIA como medio científico con la región y el país, por cuanto su principal insumo es la publicación de la investigación generada especialmente en la región de su mismo nombre.
En razón que el editor de Orinoquia saldrá a disfrutar de un año sabático, la dirección de la revista quedará a cargo del subeditor quien tendrá la responsabilidad de continuar las políticas editoriales y preservar la calidad de nuestra publicación. A todos nuestros autores, revisores y olaboradores les deseamos un feliz año y que el 2014 lleno de satisfacciones, por nuestra parte continuaremos trabajando en el propósito de mantener la revista en un sitial muy alto dentro de las publicaciones científicas colombianas.
Agustín Góngora Orjuela; MV. MSc. Dr. Sci
Editor