EDITORIAL

"Eficientismo" y la virtualidad de la ciencia en las regiones

Pedro René Eslava Mocha
Director

No cesan los ecos tras la polémica por la tentativa del gobierno nacional de recortar los recursos para la ciencia presupuestados para el año 2015, la tensión llevó a la caída de la directora de Colciencias. El CONPES anuncia que la inversión en ciencia y tecnología permanecerá estable con 379.000 millones de pesos para el 2015. Pero más allá de los problemas presupuestales, Colciencias, el barco insignia de la ciencia, la tecnología y la innovación arrastra dentro de su casco -que apenas sobreagua- una serie de problemas que le impiden su correcta navegación.

La encrucijada de Colciencias va más allá de la inestabilidad en su cabeza. Son evidentes otros problemas además de la imposibilidad de aumentar el presupuesto en los últimos años:

La comunidad científica no se opone a la verificación ni al arbitraje de la ciencia por pares idóneos, no desdeña la necesidad de generar bases de datos confiables que coloquen la información científica en el ciberespacio para que nuestros resultados de investigación logren ámbitos globales, y desea puedan ser conocidos universalmente, pero sobre todo, que se pongan al servicio tanto de las empresas, como de las comunidades excluidas en el interior del país.

La virtualización de la ciencia con propósitos productivistas, bajo un modelo que prioriza el uso mercantil del conocimiento, puede encarnar una trampa a la cual debemos colocarle avisos de precaución mientras en regiones como la nuestra, bajo la intervención de formas productivas en auge -extractivistas e intensivas a gran escala- se dispone de un territorio, ahora ocupado por los nuevos inversionistas, que se transfigura sin sospecha de las consecuencias futuras con anuencia del centralismo gubernamental,generando una gran preocupación por el deterioro cultural y ambiental, iniciado por la afectación acelerada que ha tenido el recurso hídrico.

Intranquiliza también la exigua participación de la población local en los beneficios que trae la dinámica económica, especialmente en lo relacionado con la explotación petrolera y el boom agroindustrial en la altillanura. Nuestros científicos orinoquences no han abordado las preguntas necesarias para comprender los cambios y las consecuencias de los nuevos modelos productivos. Presumimos que muchos interrogantes no se han formulado correctamente y lo que es peor: que las respuestas puedan llegarnos tarde, mientras Colciencias y la universidad colombiana se preocupan por las plataformas virtuales, la taxonomía aplicable a los investigadores o el cumplimiento de los acuerdos pactados dentro de la organización mundial del comercio.