Editorial
El Reconocimiento de la Biodiversidad Regional
Hasta hace algo más de veinte años para la mayoría de los colombianos la Orinoquia constituía una región natural científicamente poco explorada, de desarrollo tecnológico incipiente y de interés económico escaso, a no ser en este último caso, por los ingresos que la explotación de los recursos petroleros generaba a los departamentos y al país. Las condiciones limitantes del suelo y la falta de una infraestructura de vías adecuada impedían que el sector agropecuario constituyera un renglón importante para la economía nacional.
Este panorama de condiciones desfavorables para la explotación agraria favoreció la conservación de la biodiversidad, que según datos reportados por el Informe nacional sobre el estado de la biodiversidad 1997, publicado por el Instituto Alexander von Humboldt, se mantenía aproximadamente en un 80%. Sin embargo entonces y hasta ahora, los bienes y servicios que esta proporciona para el bienestar humano y la regulación ambiental no se han reconocido de manera definitiva.
A partir de entonces, además del incremento permanente en la explotación petrolera, muchos procesos han cambiado, como consecuencia de haber incluido dentro de las políticas de desarrollo nacional a la Orinoquia como una región con posibilidades de explotación agropecuaria y agroforestal. De esta forma se lograron importantes incentivos económicos para el fomento a estos sectores y para proyectos agroindustriales y obras de infraestructura vial. Los cambios en el uso del suelo que ese fomento viene generando se dan sin consultar las condiciones de fragilidad de sus ecosistemas, ni su verdadera aptitud. Como consecuencia hoy son evidentes los procesos de deterioro ecológico, como erosión de suelos, colmatación de caños y ríos, fragmentación de hábitats, disminución de especies focales y pérdida de ecosistemas estratégicos como morichales y esteros.
Desde otra perspectiva y a partir del año 2002, una serie de instituciones y organizaciones regionales, nacionales y extranjeras, entre ellas la Universidad de los Llanos, vienen desarrollando una serie de acciones orientadas a lograr el reconocimiento del valor estratégico de los recursos biológicos regionales y garantizar su disponibilidad futura, desde el entendido que, como recursos renovables, son los únicos que manejados y utilizados de manera adecuada, podrán brindar en el futuro bienestar real a los hombres y mujeres de esta parte de Colombia. Así, el proyecto denominado Biodiversidad y desarrollo en la región estratégica de la Orinoquia fue quizá el primer esfuerzo desarrollado que, en pro de dichos logros y en desarrollo de la política nacional de biodiversidad, buscó fomentar el conocimiento la conservación y el uso sostenible y equitativo de este tipo de recursos.
Como resultados del mencionado proyecto se pueden registrar de manera concreta el Plan de Acción Regional en Biodiversidad de la Cuenca del Orinoco, Colombia 2005-2015, el mapa de ecosistemas de la región, una serie de documentos relacionados con caracterizaciones biológicas, estudios etnoculturales y, en especial, la organización de una mesa de trabajo interinstitucional en biodiversidad de la Orinoquia.
En este mismo marco de trabajo, la Universidad de los Llanos con el apoyo financiero de COLCIENCIAS y otras instituciones, llevo a cabo entre el 3 y el 6 de noviembre de 2009 el Primer Congreso Internacional de Biodiversidad de la Cuenca del Orinoco, que constituyó un escenario más para conocer los avances logrados en el reconocimiento de los recursos biológicos regionales, como también para fomentar grupos, redes y líneas de trabajo relacionados. En este evento se presentaron un total de 99 trabajos que se distribuyeron en mesas temáticas sobre ecosistemas estratégicos, recursos florísticos, recursos faunísticos, recursos genéticos, recursos hidrobiológicos y cambios en la biodiversidad asociada a actividades humanas. A través de sus resultados se puede establecer importantes avances en el la línea base de información, como también en el incremento de los grupos de investigación que, desde distintas instituciones y organizaciones, vienen trabajando en pro de lograr un mayor conocimiento sobre los componentes de la diversidad biológica regional representada en ecosistemas, especies y genes.
Este número de la Revista Orinoquia, contiene parte de los trabajos presentados en el mencionado congreso. Este y el libro de resumes del evento, constituyen la memoria escrita de sus resultados y un aporte más de Colciencias, como entidad financiadora y Unillanos, como institución organizadora, en pro de la implementación de la política nacional de biodiversidad y el plan de acción regional en biodiversidad.
Los esfuerzos hasta ahora hechos no son aún suficientes, necesitamos trabajar más rápido en busca de conocimiento, de medidas de conservación y uso sostenible de la diversidad biológica y, de manera especial, en el reconocimiento general de su importancia estratégica para un modelo de desarrollo distinto y sostenible en el futuro. Es necesario prepararnos cada día más para poder enfrentar los procesos intensivos de cambio y deterioro que ponen a la biodiversidad en peligro. Necesitamos más recursos financieros para la investigación, más talento humano, mayor trabajo interinstitucional, mayores medidas para la conserv ación y una política de desarrollo que reconozca su importancia y apoyen su reconocimiento. Aún todo está por hacer.
Elvinia Santana Castañeda
Presidente del Primer Congreso Internacional de Biodiversidad de la Cuenca del Orinoco.